Anestesia

Me dijeron que iba a pasar rápido, que no me preocupara. Todo va a salir bien, dijeron.

Era lo último en medicina, iba a quedar perfecta: la eterna juventud. Ya nunca más tendría que preocuparme por las huellas del paso del tiempo. Todo iba a quedar como antes, sin fisuras, sin marcas. Perfecta.

Y ahora, la cara se me partía. Sentía que me agarraban los pómulos una y otra vez y me los estiraban como si fuera una plastilina, y me apretaban los ojos y me los masajeaban. Todo me tiraba. Tenía la boca seca, y las personas a mi alrededor no paraban de moverse.

—¡Ay, Dios mío! —oí.

—¡Wow!

—Ahhh.

¿Serían los médicos? ¿Por qué los escuchaba? ¿Por qué no se daban cuenta de que los escuchaba?

Pero yo tenía que pensar en otra cosa,  volver a soñar con mi cara perfecta en el espejo.

—Ahhh.

—¡Qué bárbaro!

¿Acaso se asombraban del buen trabajo que habían hecho? ¿O todo estaba quedando mal? ¿Estaría quedando todo mal? Sí, era eso: estaba quedando mal.

No, no lo podría soportar. No podría despertarme y verme vieja de nuevo. No, no podría.

Prefería pensar en el lápiz labial, en el rímel, en el fugaz rubor que le iba a dar a mis mejillas. Pero… y si de verdad estaba quedando mal.

De apoco mi corazón se fue apagando y no tuve más fuerza para hacerlo funcionar. Estaba demasiado concentrada en el maquillaje, en verme joven de nuevo.

Ahora se oían corridas y gritos y más gritos. Y una sacudida.

—Se nos va —dijo alguien.

Y me fui.

*

A los pocos minutos del deceso, el cirujano se acercó a la amiga de la difunta.

—Lo lamento mucho. Ha fallecido. No sabemos qué paso. Todo iba bien y de repente hizo un paro.

—Ay, Dios mío, no puede ser.

—Si la puedo ayudar en alg…

—Mi amiga estaba tan contenta. No lo puedo creer. ¿Puedo verla?

El cirujano levanto la sábana y le dijo:

—Vio, señora, todavía no se hinchó. Quedó perfecta.

De la antología Otra Piel. Ser Seres ediciones 2017.

Imagen: Wikimedia Foundation – Giovanni Bellini – Desnudo de mujer joven frente de el espejo.