Vigilia, de Julieta Ledesma
La película comienza con el retorno de Santiago (Pablo Ríos) a la casa de sus padres: Ernesto (Osmar Nuñez) y Carmen (Mirella Pascual). Tras varios años de ausencia, se encuentra con un extraño panorama familiar, cada uno está en su propio mundo. Sus padres tratan de lidiar con las dificultades del día a día persiguiendo los propios intereses y fantasías, retirados mentalmente del entorno en el que se encuentran, e incluso, del regreso de su hijo. Un fiel can, la ayudante de toda la vida (Maria Ines Sancerni) y un peón (Jorge Román) completan el cuadro familiar.
En un pueblo escondido de la provincia de Santiago del Estero la directora y guionista Julieta Ledesma cuenta esta historia envuelta en la demencia, la alucinación y el delirio que enfrentan personas aisladas en respuesta a las cargas del pasado que llevan sobre sus hombros.
Se vislumbra una buena dirección de actores, una excelente fotografía, con paisajes casi inhóspitos de la provincia. El filme presenta pocos diálogos, las escenas se basan en largos silencios y miradas que reemplazan las palabras. En su defecto hay actos que incluyen violencia animal o sugerencias sexuales que redundan sobre hechos que ya habían quedado claros.
La falta de diálogos que dinamice el relato, así como presentar temas inconexos a la historia principal, torna a la película monótona y sin un destino definido. Vigilia es un producto muy bien realizado desde el punto de vista técnico, pero no exhibe un relato que brinde a esa técnica un contenido atractivo y efectivo.
Dirección y guion: Julieta Ledesma / Montaje: Valeria Otheguy, Ana Remón / Dirección de arte: Julieta Dolinsky / Sonido: Martín Grignaschi / Música: Ruy Folgueras / Producción: Ignacio Rey, Gastón Rothschild / Intérpretes: Osmar Núñez, Mirella Pascual, Pablo Rios, Jorge Román, María Inés Sancerni / Duración: 107 minutos / Año: 2016
Publicado originalmente en CineramaPlus+ Link a la Web / Link a la Critica
Imagen: Sudestada Cine
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